sábado, 20 de septiembre de 2008

Mi Amigo.



Amigo mió, no soy lo que parezco. Mi apariencia no es más que el traje que visto, un traje cuidadosamente tejido que me protege a mí de tu curiosidad, y a ti de mi negligencia. El Yo que hay en mí, amigo mío, habita en la casa del silencio, y en ella vivirá para siempre inadvertido, inaccesible.
No quisiera hacerte creer en lo que digo ni que confiaras en lo que hago, porque mis palabras no son sino tus propios pensamientos transformados en sonido; y mis acciones, tus propias esperanzas convertidas en acción.
Cuando tú dices: "El viento sopla hacia el este", yo digo: "Sí, sopla hacia el este"; porque no quisiera hacerte saber que mi mente no medita sobre el viento, sino sobre el mar.
Tú no puedes comprender mis pensamientos marinos, ni yo quisiera hacértelos entender a ti. Preferiría estar solo con el mar.
Cuando es de día para ti, amigo mío, es de noche para mí; sin embargo, incluso así, hablo del mediodía que danza sobre las colinas y de la sombra escarlata que se abre paso sigilosamente por el valle; porque tú no puedes oír los cantos de mi oscuridad ni ver mis alas golpear contra los astros. Yo no quisiera dejarte oír ni ver. Preferiría estar a solas con la noche.
Cuando tú asciendes a tu Cielo, yo desciendo a mi Infierno. Incluso entonces tú me llamas a través del infranqueable abismo: "Compañero, mi camarada", y yo te respondo: "Camarada, mi compañero", porque no quisiera que vieses mi Infierno. La llama quemaría tus ojos y el humo inflaría tu nariz. Y amo demasiado mi Infierno para que tú lo visites. Preferiría estar solo en el Infierno.
Tú amas la verdad, la belleza y la justicia; y yo por ti digo que es bueno y apropiado amar esas cosas. Pero en mi corazón me río de tu amor. Pero no me gustaría que vieras mi risa. Preferiría reírme solo.
Amigo mío, tú eres bueno, cauto y prudente; más aún, eres perfecto, y yo también hablo contigo sabia y cautelosamente. Y, sin embargo, estoy loco. Pero encubro mi locura. Prefiero ser loco solo.
Amigo mío, tú no eres mi amigo, pero ¿Cómo hacértelo comprender? Mi camino no es tu camino; sin embargo, caminamos juntos, con las manos unidas.

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Fragmento de "El Loco" de Khalil Gibrán.


...me he topado cientos de veces con este fragmento y no me canso de esos encuentros tan afortunados. Por alguna razón me es mas agradable y placentero cuando es una casualidad que cuando lo busco.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Qué mas podíamos esperar?

Decía Jung : "Hysterical self-deceivers, and ordinary ones too, have at all times understood the art of misusing everything so as to avoid the demands and duties of life, and above all to shirk the duty of confronting themselves. They pretend to be seekers after God in order to not face the truth that they are ordinary egoists."

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Aquí dejo esta nota para los 3 ó 4 que la vayan a leer. Me puse a buscar y parece que es cierto, si la niña tenía 10 u 11 años quién sabe, en eso difieren. La nota apareció en La Jornada, y contrario a lo que ahí dice, en El Reforma también.

La versión aparentemente aceptada del discurso de la niña es:

A las personas de hoy casi no les interesa la ciencia; les interesa más el fútbol. Los periódicos pocas veces tienen notas de ciencia y la radio y la televisión casi nunca. Sólo publican cuando ocurre algo que no pueden ocultar, como cuando llegó a la luna Neil Armstrong.

Todos los días aparecen notas de fútbol, entrevistas con jugadores y hasta nos cuentan chismes de su vida: que si Galilea Montijo fue novia de Cuauhtémoc Blanco… pero no toman en cuenta que tenemos derecho a estar bien informados sobre ciencia. Y así como sabemos tanto de fútbol sabemos tan poco y tan mal de nuestros científicos que da pena. Ese es el caso de Guillermo Haro. Guillermo Haro, astrónomo mexicano, descubrió cometas y muchos cuerpos celestes y no cuenta siquiera con una biografía.

He visitado nueve grandes librerías y ninguna tiene nada sobre él. ¿Por qué apoyar más a los futbolistas que a los científicos? ¿Son mejores personas? ¿Producen mayor riqueza? ¿Nos divierten más? No creo: gracias a los científicos también nos divertimos, ellos inventaron las computadoras, Los iPod, los simuladores.

Además, salvo en algunos casos, los jugadores de fútbol nos hacen ver muy mal mundialmente y nuestros científicos, que nadie apoya no. Estoy segura que México es de los países que tienen algunos de los mejores científicos. Además nos hacen quedar muy bien. Son como los atletas paralímpicos que, sin apoyo, ganan medallas.

¿Por qué no apoyar una educación de excelencia? Tenemos derecho a ella. ¿Alguno de ustedes conoce a Guillermo Haro? Supongo que muy pocos. Y los que no, no tienen la culpa: cuando nuestro equipo de fútbol gana partidos de poca importancia hasta el Presidente los felicita y los entrevistan en todos lados. Cuando Guillermo Haro descubrió varias estrellas rojas y azules sólo lo felicitaron otros científicos.

Gracias a la ciencia calentamos en unos segundos la comida en el microondas, gracias a la ciencia nuestras madres no se pasan la vida lavando pañales. Estos inventos son resultado de las misiones al espacio. Por los científicos nuestra ropa es ligera y abrigadora. Por ellos podemos leer aunque se oculte el Sol o ver a cientos de kilómetros un partido de fútbol.

¿Les gusta la televisión a colores? Yo nunca conocí una en blanco y negro, y la televisión a colores fue invento del mexicano Guillermo González Camarena. Gracias a los científicos mexicanos podemos ver mejor las estrellas pues aquí se fabrican los mejores lentes de astronomía.

Hace un año el Instituto de Astronomía de la UNAM envió a las Islas Canarias un instrumento de precisión para el que será el observatorio más importante del mundo. Tiene nueve lentes y 270 piezas.

Y mirar astros nos debe importar porque somos, como escribió Carl Sagan, “polvo de estrellas”, de allí venimos. Países desarrollados como Alemania, Estados Unidos y Japón invierten mucho apoyo en ciencia. México cada vez invierte menos, y pese a ello contamos con grandes científicos como Guillermo Haro, que vivió y murió siendo un desconocido.

El premio Nóbel de Química, Mario Molina nació en México, pero se tuvo que ir a Estados Unidos. Por desgracia no es el único caso. Muchos jóvenes científicos hacen lo mismo.

¿No podría nuestro gobierno invertir más en educación? Tenemos derecho a una educación de excelencia.

Me da pena que nuestro gobierno y nuestros empresarios inviertan tanto en fútbol y seamos tan malos. Me da pena que inviertan tan poco en ciencia y seamos tan buenos. Tenemos la mejor Universidad de Hispanoamérica según el periódico Time y cada vez le damos menos recursos a la UNAM. ¿Por qué no apoyar a lo que ya da resultados? Un País que no invierte en ciencia y educación siempre será un País pobre ¿Queremos un México pobre? ¿Seguiremos dejando que nuestros Mario Molina se vayan a otros países?

Pobre México nuestro tan cerca del fútbol y tan lejos de la ciencia.


No es de extrañarse que nadie le haya puesto atención a esa niña. No es como que haya ganado una medalla en las olimpiadas y con ello también el derecho de hablarle de tú a Calderón.

Y qué otra cosa se puede esperar de un país con un gobierno como el nuestro que necesita de distracciones como el futbol, los medios masivos de mala comunicación y una religión popular altamente tergiversada para ocultar su ineptitud, sus malos manejos y distraer a las masas mientras les roba su patrimonio y hace todo lo posible por idiotizar a sus hijos.
Que otra cosa se puede esperar de un país con una inmensa mayoría de gente aprovechada y oportunista... Llena de individuos, en todas sus clases socoiales, con pensamientos como por ejemplo este, casi textual, de un conocido "me vale que se chinguen a la gente. Mientras mis seres queridos y yo estemos bién".

Ojalá algún día mas mexicanos piensen como esa niña y no nadamás en ver como sacan ventaja en cada relación que llegan a entablar en sus vidas. Ojalá que con cada período electoral una mayor cantidad de nuestros gobernantes fueran mexicanos que velan por el progreso del pueblo, y no solo una bola de trogloditas con dinero que llegan al poder valiéndose del tráfico de influencias y artimañanas sub-humanas para ganarse el favor de los incautos, malínformados, crédulos y de los que jung llamaba "Histerical self-deceivers".